CUANDO CREES QUE YA LO HAS VISTO TODO, APARECE MR. HUNGRYLlevo más de 20 años navegando por los rincones más curiosos, oscuros, salvajes y bizarros de internet. He visto cosas que no creerías, algunas que me han flipado mucho y otras que preferiría no volver a ver.
Y justo cuando piensas que ya poco o nada puede sorprenderte, llega alguien como Mr. Hungry.
Se llama Abdurrhaman Abdur-rasheed y se ha hecho viral en redes como Instagram por llevar el contenido foodie al extremo más grotesco y surrealista. Pero aquí no vas a ver recetas ni degustaciones elegantes. Lo suyo es otra movida: Nutella a chorros cubriéndole la cara, mascarillas de chocolate derritiéndose sobre su rostro, salsas cayendo a lo salvaje, trozos de comida convertidos en arte gore visual. Todo bañado en una energía tan absurda como hipnótica.
No sabes si reírte, apartar la mirada o seguir viendo a ver hasta dónde llega. Pero lo que está claro es que su propuesta no se parece a nada que hasta ahora haya visto. Porque sí, internet todavía tiene cartas que no ha enseñado. Y este tío es una de ellas.
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La cámara lenta del día.
RADIOCONTROL Y MINIFALDAS: EL FETICHE QUE NO SABIAS QUE EXISTIAEstás viendo el vídeo y al principio no entiendes nada: un par de chicas asiáticas —japonesas o coreanas, quién sabe— sentadas en pequeñas sillas, con minifalda, rodeadas por varios 4x4 de radiocontrol. Todo parece un evento curioso, hasta que de repente, plot twist.
La cámara cambia y aparece una pantalla como si alguien entrara a una web, elige uno de los coches y accede a él en remoto, viendo en primera persona a través de la cámara del coche. Y ahí empieza el verdadero show: los coches no corren por diversión, sino que compiten por conseguir el mejor ángulo para mirarles las piernas a las modelos. Se chocan entre ellos, se empujan, se cuelan por debajo. Todo por una mejor vista.
Y esto, casi seguro, es de pago. Alguien, en alguna parte, ha montado un sistema para que pagues por manejar un coche teledirigido y espiar minifaldas con cámara onboard. El nivel de creatividad o de depravación, asombra.
Flipante lo retorcida, absurda y sofisticada que puede llegar a ser la mente humana cuando mezcla tecnología y fetiches.
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Posesión infernal.