DEL ABRAZOS GRATIS AL SEXO GRATIS¿Te acuerdas del viral de los "abrazos gratis"? Aquel cartel escrito a rotulador sobre un cartón, sujetado por alguien en mitad de la calle, esperando que algún alma valiente se animara a darle un poco de cariño improvisado. Fue todo un fenómeno hace ya un par de décadas. Un gesto simple, emocional y cargado de buen rollo que, en su momento, se sintió casi revolucionario.
Nació como parte de un movimiento llamado “Free Hugs”, que empezó en 2004 en Australia, cuando un tipo conocido como Juan Mann salió a la calle con su cartel en busca de conexión humana. No pasó mucho hasta que el video se viralizó en YouTube y se convirtiera en símbolo de esperanza, empatía y cercanía en un mundo que ya entonces empezaba a ensimismarse entre pantallas y prisas.
Ha llovido mucho desde entonces, y aunque el formato cartón + mensaje + espontaneidad sigue vivo, su uso ha dado algún que otro giro.
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PIRATAS DEL CARIBELos piratas reales del Caribe fueron unos tipos muy distintos a los de Hollywood, aunque igual de salvajes. Actuaron entre los siglos XVII y XVIII, sobre todo en zonas como el Golfo de México, las Antillas y la costa norte de Sudamérica. Eran marineros renegados, exmilitares o simples buscavidas que veían en la piratería una forma rápida (y muy peligrosa) de hacerse ricos.
Asaltaban barcos cargados de oro, plata, ron, azúcar y cualquier cosa de valor que viniera de las colonias americanas rumbo a Europa. Algunos iban por libre, pero muchos trabajaban como corsarios, es decir, con licencia de su gobierno para robar a los enemigos.
Barbanegra (Edward Teach) fue uno de los más temidos. Se ataba mechas humeantes en la barba para imponerse aún más. Con el humo saliéndole de la cara, parecía más un demonio salido del infierno que un pirata Disney.
Anne Bonny y Mary Read fueron dos mujeres que se vestían de hombre para unirse a la tripulación. Luchaban como cualquiera y no se andaban con chiquitas. Y Calico Jack fue famoso por su bandera (la típica calavera con espadas cruzadas) y por navegar con Anne y Mary. Spoiler: acabó colgado del cuello.
La vida pirata era jodida. Escorbuto, peleas internas, traiciones, comida podrida y ni rastro de duchas. Pero había también una especie de “democracia pirata”: elegían al capitán, se repartían el botín y tenían normas propias, como castigar al que robara al resto.
Cuando empezaron a atacar barcos sin importar la bandera y se convirtieron en una molestia para todo el mundo, las potencias europeas se pusieron las pilas y los persiguieron hasta casi extinguirlos a principios del siglo XVIII.
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Entrenando cuerpo y mente.